«Los países deben renovar su compromiso con el multilateralismo; encontrar nuevas formas de colaboración»
(Extracto del informe ‘Progresos realizados para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible’, elaborado por el secretario general del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas a partir de las sesiones de trabajo del Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible. Mayo de 2019).
Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y detener el cambio climático, los países deben renovar su compromiso con el multilateralismo, encontrar nuevas formas de colaboración y velar por que las instituciones multilaterales sigan el ritmo de los rápidos cambios que se producen a su alrededor.
Las normas mundiales deben modificarse para apoyar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y propiciar una globalización justa. Dichas normas deben promover una distribución equitativa de las oportunidades de desarrollo y de los ingresos a nivel internacional. Para ello, es necesaria la cooperación internacional en materia de impuestos y flujos financieros transfronterizos, alivio de la deuda y comercio, tecnología, migración y remesas. Los países deben preservar sus sistemas multilaterales de comercio, resistir la tentación de adoptar medidas comerciales restrictivas y aplicar disposiciones para apoyar las exportaciones de los países menos adelantados.
También hace falta adaptar la gobernanza y las pautas de la cooperación para el desarrollo, a fin de que sean representativas e integren a los donantes y receptores y a los proveedores nuevos y tradicionales. Las Naciones Unidas deben cumplir su compromiso de hacer que todas las instituciones internacionales respondan, sean inclusivas, participativas y representativas en la adopción de decisiones. Los Gobiernos nacionales y la comunidad internacional también deben reformar los sistemas financieros nacionales e internacionales, en consonancia con el desarrollo sostenible.
La naturaleza fragmentada del multilateralismo actual debe evolucionar hacia un multilateralismo interconectado, que tenga a las Naciones Unidas en el centro y cuente con una estrecha cooperación entre las organizaciones internacionales y regionales, incluidos los bancos de desarrollo, la Unión Africana y otros.
Las personas deben ser el aspecto más importante del multilateralismo actual. El centro de atención, tradicionalmente en los Gobiernos y las organizaciones internacionales, debería evolucionar hacia la colaboración con la sociedad civil, las empresas, las comunidades académicas y filantrópicas y otros agentes, en particular la juventud.
La aprobación de la Agenda 2030 ha sido una victoria para la cooperación internacional, pero sobre todo para los pueblos del mundo. Las reuniones de alto nivel que se celebrarán en septiembre de 2019, incluido el foro político de alto nivel sobre el desarrollo sostenible, proporcionarán a las Naciones Unidas una oportunidad para reflexionar sobre los primeros cuatro años de este proceso fundamental. A pesar de la lentitud de los progresos, sigo convencido de que la Organización puede hacer realidad la visión inspiradora de la Agenda.
La acción multilateral es esencial en todos los frentes. Solo juntos podrán los países encontrar soluciones a la pobreza, la desigualdad y el cambio climático, desafíos definitorios de nuestra época. Solo juntos podrán reforzar su sistema de comercio mundial basado en normas y movilizar la tecnología, las soluciones y la financiación necesarias para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Solo juntos podrán transformar las economías y las sociedades para empoderar a las mujeres y las niñas, beneficiar verdaderamente a las personas y preservar la salud del planeta.
Dejemos que los países aprovechen la reunión mundial de septiembre para promover la ambición necesaria en materia de cambio climático, reforzar y reorientar su respuesta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y aumentar el compromiso asumido de llegar a los más rezagados y apoyar a los países más vulnerables.
Las presiones de nuestro tiempo van en aumento; la confianza que une al mundo se está desgastando. Las generaciones actuales y futuras necesitan que el mundo mejore. Afortunadamente, todavía hay tiempo para lograr el futuro previsto en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Esperemos que el mundo recabe sabiduría, solidaridad y voluntad de avanzar con el fin de asegurar una vida digna y próspera para todos, en todas partes.