La gestión activa de la salud emocional del personal, crucial en los planes de continuidad de las empresas ante el Covid-19
El nuevo contexto generado por la crisis sanitaria en los centros de trabajo exige a las empresas la definición de planes de continuidad y resiliencia que permitan generar un clima de confianza y dar viabilidad al negocio, con nuevas medidas y protocolos de seguridad en espacios y procedimientos. Estas estrategias, fundamentales para garantizar la supervivencia de la organización, suponen situar en el centro a las personas, contemplando no solo su salud física, sino, también, su “salud emocional” y “social”, según los expertos de Unimat Prevención , Grupo Simetría, Unión de Mutuas y Oceranksy Cultura Preventiva que participaron en el encuentro online ‘Empresa, personas y la nueva normalidad: Buenas prácticas de salud, higiene y seguridad frente al Covid-19’, coorganizado por el Club de Empresas Responsables y Sostenibles de la Comunidad Valenciana (CE/R+S) y su socio Unimat Prevención.
En esta línea, Marc Montserrat, consultor de Prevención de Riesgos Laborales de Unimat Prevención, subrayó que “todas las empresas deben tener claro el plan de continuidad de su negocio, a nivel de actividad y de prevención. La organización tiene que ser un motor de la acción, en este caso, de bienestar emocional. Hay que pasar de la teoría a la práctica. Existen varias áreas de actuación para que el impacto sobre las personas sea el menor posible y la vuelta a la normalidad con el Covid-19 se haga en las mejores condiciones para los profesionales. Si falla una de las partes, el sistema no va a funcionar. Cada firma deberá adaptarlas a su realidad”.
Entre esas áreas sobre las que las empresas deben actuar, Unimat Prevención destaca seis: comunicación continuada y transparente –puesto que “la transparencia es la mejor aliada de la confianza”-; capacitación –formar a personal y mandos en gestión de equipos, de tiempo, de tecnologías…-; desarrollo de habilidades –comunicación, asertividad, gestión del estrés,…-; resiliencia –buen liderazgo, definición de propósito y valores, para que haya objetivos claros y más confianza-; cuidado de la salud, y herramientas de apoyo emocional –tanto a nivel transversal, como vertical, con participación de expertos-.
“Uno de los factores clave es el riesgo psicosocial asociado, que ha venido para quedarse. Es el momento de aprender, de adaptar las estructuras de empresa para afrontar los cambios a los que nos hemos visto inmersos y tomar decisiones. Tenemos que aprender y reflexionar sobre cómo hemos funcionado y si tenemos las estructuras correctas”, apuntó Helios García Asensio, director del Servicio de Prevención de Becsa, Cantera La Torreta y Casva (Grupo Simetría).
Los expertos subrayaron el papel clave de las estrategias y herramientas de comunicación interna, para afrontar y mitigar los sentimientos de incertidumbre e inseguridad y sus posibles impactos directos en términos de productividad y conflictividad laboral.
“Es muy importante que los empleados conozcan las consignas de la vuelta al trabajo y sepan por qué se han tomado ciertas medidas y decisiones. Eso permitirá que sean responsables y colaboren. La información da sensación de más control y reduce el estrés, ayuda a evitar la rumorología y a restablecer la confianza”, indicó Emilio Gómez, responsable de Prevención de Riesgos Laborales de Unión de Mutuas.
Todas estas áreas de actuación y procedimientos deben contemplar, asimismo, las condiciones especiales de la plantilla que mantienen la fórmula del trabajo a distancia.
“El teletrabajo ha permitido mantener muchos puestos de trabajo, pero, en muchos casos, ha conllevado asociados dos estresores muy relevantes: dificultad de la conciliación de la actividad laboral con la doméstica y la familiar, y, en muchas ocasiones, la prolongación de la jornada, para alcanzar las demandas”, advirtió Marc Montserrat.
Liderazgo activo de las empresas
“Es un momento crucial para las empresas, que tenemos que demostrar un liderazgo activo. La sociedad ya demandaba antes organizaciones con propósito, que realmente busquen algo más que el beneficio económico, y ahora mucho más. En este periodo de transformación, lo que se va a ver es el alma de las empresas. Si existe ese liderazgo, un equilibrio adecuado; si los valores, el propósito y la cultura están alineados. Si los trabajadores son importante o las firmas están más preocupadas por poner en marcha la producción y se van a saltar elementos clave o a coger atajos”, dijo Silvia Oceransky, especialista en Cultura Preventiva y Gestión del Cambio.
En este sentido, Fernando Ibáñez, presidente del CE/R+S, destacó que “la renacida importancia de la parte social, como consecuencia de la actual crisis, y su inclusión en las políticas corporativas no puede tener más que consecuencias positivas en términos de seguridad e impacto social de las empresas”.